10 mayo 2008

INDICADORES DE POBREZA Y GESTIÓN PÚBLICA.



Realizar una evaluación crítica de la situación de la pobreza en América Latina, y en Argentina, permite identificar tendencias que no tienen la misma vigencia en cada uno de los países por la heterogeneidad que caracteriza a los países de la región, tanto desde el punto de vista económico como social, político y geográfico. Sin embargo, para caracterizar la situación regional, habría que tener en cuenta el contexto de la globalización, lo que permitirá identificar la de cada país con respecto a las tendencias dominantes, tanto desde el punto de vista ideológico como desde un análisis descriptivo de la realidad.

Evaluación de la situación de pobreza en Argentina y América Latina.

Si se analiza una misma provincia por años, según los resultados de los Censos, parecería que disminuye el porcentaje de pobreza, por ejemplo, en el Chaco en 3 décadas disminuyó del 52,1 al 33,0 %. Pero si uno realiza comparaciones, en términos absolutos Bs. As. tiene mayor cantidad de pobres, y en términos relativos Formosa lleva la delantera. Sin embargo, la percepción que uno tiene de la realidad, es que el problema de la pobreza se agudizó. Estos parámetros no nos dicen nada respecto del ingreso económico en una familia, y del impacto que han tenido en los últimos años los planes sociales, por ejemplo el de ‘Jefes y Jefas de Hogar’. En muchos locales comerciales se ve hoy en día la siguiente leyenda: “créditos a sola firma Plan Jefes y Jefas de Hogar”. ¿Significa esto que se ha salido de la pobreza?
Cabe preguntarse entonces ¿A qué llamamos Necesidades Básicas Insatisfechas cuando queremos medir la pobreza? Cuando se habla de necesidades humanas hay que tener en cuenta que éstas han cambiado, social y culturalmente, a través del tiempo. En un primer momento el hombre requería satisfacer sólo aquellas necesidades relacionadas con su supervivencia. Pero en el escenario de la globalización, los contrastes que se observan en la realidad son hasta podríamos decir tragicómicos. ¿No sería hoy, en un contexto sociocultural, una necesidad estar comunicados? Así, una anécdota vivida dice un aborigen, comentando a propósito de las inundaciones: “- ¿Hasta dónde te llegó el agua?” a lo que responde: “-Hasta el celular”. ¿No es para pensar el criterio de medida que este aborigen tiene?
Con respecto a América Latina, es más que evidente que la pobreza es generalizada, y que se remonta al período colonial, a lo que habría que sumarle la profunda desigualdad social.
Llama la atención que la Argentina, junto a otros países Latinoamericanos, se encuentre en el grupo de los países con Alto Índice de Desarrollo Humano, en ambas décadas, del ’90 y del 2005. Sin embargo, en la realidad se observa la concentración de riquezas en pequeños grupos, por ejemplo las localizaciones de los ‘countries’ entra en contraste con los asentamientos de ‘villas’.
Ahora bien, El desarrollo que solo, por simple efecto 'cascada' - a mayor desarrollo, mejor bienestar- ¿beneficia a todas las personas en todos sus niveles de ingreso?
Cuando se habla de desarrollo humano, ¿de qué desarrollo estamos hablando?
Hay muchas formas de entender el desarrollo. Tradicionalmente se han identificado los conceptos de desarrollo y crecimiento económico; sin embargo algunos países crecen en aspectos fácilmente cuantificables producen, consumen y exportan más, y no por ello logran la satisfacción de las necesidades de la población.
Quizás habría que entender el desarrollo como la satisfacción de todas las necesidades propias del ser humano, no sólo las primarias (alimento, vivienda, educación, salud) sino también protección, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad. Necesidades que son en sí mismas potencialidades humanas individuales y colectivas. De esta forma, el desarrollo incluye también un fuerte componente social: distribución más equitativa del ingreso, expectativas de vida, acceso a una vivienda digna, a servicios de salud y de educación, a una situación ambiental sana, a derechos sociales y políticos, y a la posibilidad de participación ciudadana en la toma de decisiones.
Llamó nuestra atención el modo en cómo se calcula el índice de Desarrollo Humano. ¿Es posible que existan países con nivel similar de crecimiento económico y diferente índice de Desarrollo Humano? Creí que Brasil estaba mejor ubicado que Argentina, sin embargo, en los datos del 2005 se encuentra ubicado entre los países de desarrollo humano medio.


¿Qué estrategia utilizaría un gestor público al momento de seleccionar entre diversos indicadores del fenómeno que quiere atacar?

Una de las mayores dificultades de quienes deben tomar decisiones en el orden de las políticas públicas reside en el carácter naturalmente opaco de los ámbitos en los que deben actuar los gestores de políticas públicas, opacidad que proviene de la misma dinámica de la sociedad y los discursos y prácticas que se generan.
En la actualidad, los indicadores sociales se utilizan para mostrar una visión de la situación social que permita comprenderla y explicarla en el tiempo y en el espacio. Sabido es que el método adoptado para medir la pobreza encuentra ciertos cuestionamientos teóricos y metodológicos, y se advierte más bien la relatividad de las mediciones.
El Indicador es un aspecto instrumental básico en los procesos de gestión de políticas sociales, a fin de abordar la medición de la pobreza y por ende entenderla en el contexto mencionado, siendo el uso de los indicadores la forma más adecuada de entender la acción social, desde una metodología comparativa.
La construcción de los indicadores implica optar por una metodología de abordar la realidad, y que está relacionada con el paradigma que sustenta quien lee esa realidad.
El abordaje más utilizado es de tipo cuantitativo, con técnicas estandarizadas con una gran cobertura de población, que con una selección probabilística posibilita la extensión de las conclusiones a la población en estudio. Así, junto al indicador aparece asociada la palabra medición, sobre la que habrá que precisar su concepto, pues en sí misma, en el área social, presenta dificultad cuando la realidad es difícilmente identificable. Quizás habría que aclarar un sistema de correspondencia entre un sistema conceptual (qué significa, en qué contexto se utiliza, qué sentido se adjudica en determinado abordaje?) y un sistema de cifras, para que el indicador seleccionado pueda hacer medidas ‘válidas’. A lo que se debiera agregar un abordaje cualitativo, que aporten información desde la perspectiva del sujeto, y el contexto social, cultural e histórico en que está. Hoy por hoy, los abordajes cualitativos están demostrando la validez de sus conclusiones, que se podrían complementar con los primeros.
Además, en cuestiones más metodológicas-operativas, para seleccionar los indicadores, habrá que tener en cuenta la problemática social que se pretende atacar, la población objetivo a la que va destinada el programa o proyecto social, precisar los objetivos que se pretende lograr.
Lic. Vilma Herrera.

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