07 mayo 2008

REFLEXIONES EN TORNO A LA POLÍTICA DEMOCRÁTICA EN LA POLIS ATENIENSE. El espacio público y la esfera doméstica en los antiguos.

Mucho se habla hoy del espacio público, del espacio privado, qué entra en una y otra esfera, sobre todo cuando nos referimos a cuestiones relacionadas con las prácticas políticas. En la antigüedad clásica se establecían fronteras que limitaban las esferas de lo público y lo privado, muy diferentes a lo que en la actualidad se presenta, ni mejor ni peor, sino diferentes, en palabras de Rabotnikof, en cuanto a cierta densidad histórica que presentan los términos.

Intentaremos sintetizar algunas notas, haciendo una comparación, lo cual tiene mucho de las características de un péndulo no sólo en el sentido de que oscila alrededor de un punto o eje, el cual puede modificarse, sino también en el sentido de que la caracterización puede cambiar teniendo en cuanta la ‘visión o el ángulo’ desde donde se realiza la mirada de la realidad social.

Un lado del Péndulo: la ESFERA PRIVADA
- En la polis griega esta esfera estaba estrechamente ligada con las necesidades básicas…
- se relaciona con la intimidad, con el ámbito de lo doméstico, del hogar, de la casa, lo cerrado, lo no accesible y no visible, lo secreto.
- es el ámbito de la familiar, en donde se realizan actividades relacionadas con la conservación de la vida.
- siguiendo a Arendt (2004,43), “el rasgo distintivo era que los hombres vivían juntos llevados por sus necesidades y exigencias. Esa fuerza que los unía era la propia vida que, para su mantenimiento individual y supervivencia de la especie, necesita la compañía de los demás”. La tarea del hombre era el mantenimiento, proporcionar alimentos, y la de la mujer la reproducción. “Así, la comunidad natural de la familia nació de la necesidad”.
-la necesidad, como fenómeno prepolítico, era característica de la organización doméstica privada, y la violencia y fuerza se justificaban en este contexto, dado que eran los caminos para vencer la necesidad, y llegar a ser libres.
- la característica de gobernar y ser gobernado, y el orden derivado de ello, es considerado prepolítico y propio de la esfera privada.
- en la familia la desigualdad era un rasgo.


El otro lado del péndulo: el ESPACIO PÚBLICO
- … y esta esfera se refería al ámbito de acción de una ciudadanía libre para tratar los asuntos comunes.
- Lo público articula algunos sentidos tales como: lo colectivo, lo manifiesto y lo abierto, sentidos que quedado como huellas en la forma de pensar actual.
- se caracteriza por la delimitación de un espacio propiamente político, que funciona como ‘centro’ de referencia para todos, lugar ‘dentro’ del cual no hay sometimiento entre unos y otros, hay igualdad isonómica, es decir, en relación con la ley y la participación en el poder.
- requiere de la ley escrita, que implica separar la decisión del arbitrio individual de lo que es una norma o regla común.
- De acuerdo con Arendt, “la esfera de la polis era la de la libertad”, y se relacionaba con la esfera privada ya que “era lógico que el dominio de las necesidades vitales en la familia fuera la condición para la libertad de la polis”.
- en consecuencia, la igualdad significaba “vivir y tratar sólo entre pares” y ser libre significaba “serlo de la desigualdad presente en la gobernación y moverse enana esfera en la que no existían gobernantes ni gobernados”.


Ahora bien, en el vaivén del péndulo (siguiendo la idea del péndulo), podríamos establecer una relación de interdependencia entre ambas esferas públicas y privadas , señalamos siguiendo a Arendt (op.cit.,48) “sin dominar las necesidades vitales en la casa, no es posible la vida ni la “buena vida”, aunque la política nunca se realiza por amor a la vida. En cuanto miembros de la polis, la vida doméstica existe en beneficio de la “gran vida” de la polis”.
Si nos situamos con el péndulo, ahora desde este punto de vista, la política democrática en la antigua polis ateniense tenía su propia densidad, pendiente de la esfera pública, que como dice Rabotnikof “era el ámbito de acción de una ciudadanía libre para el tratamiento de los asuntos comunes”. Como mencionamos más arriba y siguiendo a la autora, en ella se articulaban los sentidos de lo público en estrecha relación con lo político, “la politeia incluía el tratamiento de los asuntos comunes por parte de los ciudadanos libres, su participación activa en la construcción y defensa de la comunidad política… se desenvolvía a la luz del día y en presencia de otros… y era abierto a todo el demos, a la ampliación progresiva del círculo de los iguales ante la ley”.
La actividad política tenía como herramienta principal la palabra pero en el sentido de persuadir, de convencer al otro, de demostrar los argumentos, en los asuntos deliberativos, que no eran otros que los públicos. Y esta palabra tiene la densidad de ‘constitución’ de poder y no sólo de una instrumentación técnica. Esta palabra, que adopta un sentido diferente a como se empleaba en los ámbitos religiosos –más ligado a las esferas privadas, a lo oculto, a lo ritual, a la tradición, a la palabra del sacerdote- es, nos dice Vernant “el debate contradictorio, la discusión, la argumentación. Supone un público al cual se dirige como a un juez que decide en última instancia…” A través de la palabra persuasiva es que se derrota al otro discurso, al contrincante, asegurando la victoria de los oradores sobre su adversario. De allí que otro rasgo de la política es que “toma la forma de agon, torneo azaroso guiado por una lógica de lo verosímil y lo probable en el que se juega la aceptación o el rechazo, la victoria o la derrota”.
Otro rasgo de la política en la polis es el “carácter de plena publicidad que se da a las manifestaciones más importantes de la vida social”. Este señalamiento nos remite nuevamente a la contraposición con la vida privada, que es secreta, oscura, no visible. La política, siguiendo a Vernant, implica “prácticas abiertas, establecidas a plena luz del día”.
Dado que los conocimientos que detentaban unos pocos –los basiléus,- exigen colocarlos ante la mirada de todos, exige publicidad de las conductas, de los procedimientos, pasan a convertirse en parte de la cultura común de un pueblo, tales “conocimientos, los valores, las técnicas mentales, son llevados a la plaza pública y sometidos a crítica y controversia…. Su aplicación dará lugar a exégesis, a interpretaciones diversas, a contraposiciones, a debates apasionados. En adelante, la discusión, la argumentación, la polémica, pasan a ser las reglas del juego intelectual así como del juego político”.
Por último, la práctica política en la polis requería de las leyes, reglas generales que eran aplicables a todos por igual. Recuerdo en este momento, el diálogo que sostiene Sócrates con las leyes, en Critón, o la misma apología de Sócrates, y los argumentos que sostenía para aceptar beber la cicuta si era eso lo que dictaba la ley, pues el no cumplirla, el huir, el no acatar lo que la ley manda, lo deja fuera de la polis, dejaba de ser ciudadano. Nos dice Vernant, “en virtud de la publicidad que le confiere la escritura, la diké… podrá encarnarse en un plano propiamente humano, realizándose en la ley, regla común a todos pero superior a todos, norma racional, sometida a discusión y modificable por decreto pero que expresa un orden concebido como sagrado”.

Lic. Vilma Herrera

ARENDT, Hanna. "La condición Humana". Edit. Paidós, 1993. cap. 2.
VERNANT, Jean Pierre: Los orígenes del pensamiento griego. Edit. EUDEBA (“El universo espiritual de la polis”)
RABOTNIKOF, Nora: “El espacio público y la democracia moderna” Cuadernos del Instituto Federal Electoral. México, 1997



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